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El primer significado: Existen dos tipos de expectadores. Un tipo es la gente que te rodea. Debes ser conciente de que constantemente estás siendo observado, atestiguado. Con tantos ojos mirándote, quedas reducido a un objeto[...] Y tienes miedo porque puede que los demás no te aprecien. Puede que ellos no alimenten tu ego, puede ser que les disgustes, te podrían rechazar. Ahora estás en sus manos.

El segundo tipo de expectador es totalmente diferente. No es que debas buscar la atención de los demás: por el contrario, comienzas a poner atención en tí mismo. Te conviertes en un expectador de tu propio ser. Empiezas a observar tus pensamientos, deseos, sueños, motivos, ambiciones y celos. Creas un nuevo tipo de conciencia dentro de tí. Te vuelves el centro, un centro silencioso que va observando todo lo que ocurre. Estás enojado y lo observas. Ya no solo estás enojado, ahora un nuevo elemento se introduce en ello: tú lo estás observando. Y el milagro es que si puedes observar el enojo, esa ira desaparece sin ser reprimida. Osho

Existen dos testigos en cualquier situación: La forma en la que las demás personas te ven y la forma en la que tú mismo te ves. De ellos, el principal testigo es la propia percepción de tí mismo. No debes estar de acuerdo con la opinión que otros tienen de tí. La práctica de este proverbio es siempre ser sincero contigo mismo[...] Esto se basa en confiar en tu inteligencia en lugar de confiar en tí mismo, ya que lo contrario podría ser egoísta. Chogyam Trungpa

El primero es el expectador externo que son las demás personas quienes observan nuestro comportamiento exterior y apariencia. Si nuestra práctica se está desarrollando bien, los demás nos juzgarán por nuestras acciones y podrán ver si nuestro entrenamiento ha sido tomado de corazón o es está meramente de habladas[...] Sin embargo, ese expectador no es lo suficientemente confiable porque es fácil engañar a los demás[...] fingiendo estar meditando, cuando en realidad no estamos involucrandonos en ningún tipo de práctica.

Por lo tanto, el segundo expectador es nuestro maestro espiritual[...] mismo que no esta separado del todo de la naturaleza intrínseca de nuestra mente. Si somos concientes de este testigo interior, quien entiende todo lo que se debe entender, nos daremos cuenta que es más estricto y exacto que el externo. Si tenemos plena confianza en la pureza de nuestra motivación y no tenemos razón alguna para sentirnos avergonzados con respecto a nuestro testigo interior, esa será una señal palpable de que estamos siguiendo las enseñanzas. Sin embargo, si nuestra práctica es superficial y engañamos a los demás para que piensen que somos sinceros[...] En ese caso podríamos convencer a uno de los testigos, pero no al más importante. Debemos tener presentes a ambos y no engañarlos. Rabten & Dhargyey

Una señal de habilidad en el entrenamiento mental es que nunca exista algún tipo de vergüenza o desconcierto sobre tu estado mental. Por consecuencia, no te aferres al juicio de los demás, confía principalmente en el juicio de tu mente misma. Jamgon Kongtrul